Columna de opinión de Osciel Velázquez.
La necesidad de un cuerpo unificado que agrupe los esfuerzos e intereses dentro del rubro pesquero fue un constante fantasma que se arrastró a lo largo de los años. Sin embargo, hoy vemos materializado un organismo colaborativo que tiene grandes expectativas para la actividad pesquera y acuícola local. Integración Pesquera de la Región de Coquimbo es una alianza estratégica entre la pesca artesanal, plantas pesqueras y pesca industrial, para encadenamiento productivo.
Esta vinculación, que ha contado con el apoyo técnico del Programa MÁSMAR de Corfo, ha avanzado a paso firme y está siendo conformada por representantes de la pesca artesanal (federaciones), las plantas pymes y la pesca industrial. De esta manera, ha recibido un positivo respaldo, ya que abordan desde la óptica de la colaboración, los objetivos pendientes del sector.
Esto es vital para poder llevar adelante el proyecto que tenemos entre manos y que significará, entre otras cosas, un aporte de 3.000 empleos para la región. Esto cobra gran relevancia cuando analizamos la situación en que nos encontramos, donde nuestra región se posiciona con la tasa de desempleo más alta de todo el país, con un histórico 16,1%.
Dentro de las líneas de trabajo, buscamos generar un abastecimiento dirigido a los mercados masivos nacionales que, en el caso de la pesca artesanal, se refiere al jurel y la jibia; mientras que, en la pesca industrial, se refiere al jurel, la caballa y la anchoveta. Nuestros objetivos apuntan a los sistemas de alimentación colectiva, principalmente, Junaeb, Gendarmería y empresas mineras.
Esta colaboración estratégica ha sido un tremendo logro para todos quienes integramos el rubro pesquero y acuícola en la Región de Coquimbo y estamos confiados que significará un cimiento donde se levantará una actividad más fuerte y robusta para enfrentar la crisis.